En este año que casi se va me han ocurrido cosas que sólo ocurren en los cuentos de hadas, se han cumplido sueños, he reído, he llorado, he trabajado muy duro para que se conozca Las palabras del viento… he aprendido mucho, eso es lo bueno del trabajo, y sobre todo he aprendido a ladrar cuando no me interesa lo que me están contando.
También he sentido mucha impotencia, demasiada, al ver como recortan a los más débiles o desahucian a los más pobres para salvar un país que ya no lo conoce ni Dios. Un país mustio, decía el otro día un admirado amigo, y es verdad. España está triste, motivos no le faltan, pero nosotros no somos así… y no nos hace falta beber ni drogarnos para pasarlo bien.
Y es en este momento que se me arrejuntan todas las ideas a la vez, y las preguntas e ideas me salen a borbotones sin motivo aparente…
¿no tiene dinero para comer pero puede pagar varios litros de whisky? (la cerveza la regalan, eso ya lo sé) ¿las drogas han bajado de precio? Como han aumentado los controles de alcoholemia será por eso, o no se han enterado de que estamos en crisis. Pero lo mejor viene siendo ver como ha aumentado la picaresca de la gente, tól mundo haciendo un ‘simpa’ (sin pagar) en los centros comerciales colapsados en Navidad, porque no hay dinero ¿no?
¿Cómo no va hacer el tonto y el animal el de las tijeras?
Seamos consecuentes… si vas sólo a mirar lleva un cartel que lo diga… ay perdón perdón
Sed muy felices.
¡Felices Fiestas!
Se va un gran año para mí, pero lo mejor está por llegar.
Besos y abrazos.